Monday, March 19, 2012

Introducción a la Aromaterapia Parte I






INTRODUCCIÓN a la Aromaterapia Parte I

Nunca antes como ahora, habían sido tan importantes los aromas para el ser humano, que siempre ha pensado que el uso de lociones y perfumes que se remonta a tiempos inmemoriables, no sólo era ó es pura vanidad, si no que lleva implicito a quien lo esta oliendo, el auxilio de sus positivos efectos terapéuticos y relajantes. En las siguientes secciones podremos conocer más a fondo, en que se basan, como actúan y de donde salen estas gratificantes esencias.
DEFINICIÓN

La definición de acuerdo al diccionario nos dice que; la Aromaterapia es la utilización terapéutica de los efectos producidos por los aromas, en el organismo.

Aromaterapia, en medicina integrativa, se entiende como el uso terapéuticode aceites esenciales extraídos de las plantas. Los aceites esenciales proporcionan a las plantas su fragancia, y sus efectos curativos sobre el cuerpo y la mente son conocidos desde la antiguedad.

Los aceites esenciales son químicamente complejos -un aceite puede contener entre 50 y 500 sustancias químicas diferentes- y poseen un gran número de propiedades medicinales. Pueden dilatar o constreñir los vasos sanguíneos, servir como sedantes o estimulantes, y actuar sobre las glándulas suprarrenales, los ovarios, la tiroides o en el proceso de digestión.

El término aromaterapia fue usado por el químico francés, Maurice Gattefosse, descubridor de las propiedades curativas del aceite esencial de lavanda. En sus investigaciones comprobó la importancia de los aceites esenciales para la buena circulación sanguáínea y linfática y el modo en que influyen sobre el metabolismo. 
"El bebé reconoce a su madre por el olor."
Esa frase de origen presumiblemente popular demuestra la gran importancia del olfato en la vida del ser humano. Desde pequeño, el hombre aprende a distinguir los diversos aromas y los clasifica como olores buenos y olores malos.

Posteriormente, en situación de debilidad física, o hasta de enfermedad, es posible a través del olfato procurarse la curación, utilizando las esencias aromáticas o los aceites esenciales, que contienen substancias altamente benéficas para el tratamiento de diversas afecciones.

Por otro lado, esa terapia constituye un tratamiento agradable, pues los aromas más comúnmente usados son los de anís verde, manzanilla, espliego, etc.
ANTECEDENTES

La historia de la Aromaterapia comenzó con el hombre de Neandertal. En la lucha emprendida por el hombre contra la enfermedad se pusieron a prueba miles de tratamientos, y entre ellos, los basados en las plantas casi siempre revelaron una eficacia inestimable. La aromaterapia, o medicina aromática, descendiente directa de la fisioterapia, existe desde tiempo suficiente como para poder considerar su valor terapéutico y su acción fisiológica benéfica. Es una medicina natural no traumatizante y desprovista de toda toxicidad.
Las substancias elaboradas por las plantas, además de ser muy variadas, se adaptan sobre todo más al hombre, porque son un producto que tiene su origen en la química de la vida. Dicen que los antiguos egipcios, hace 4500 años, utilizaban una gran variedad de aromas, algunos de los cuales eran consagrados a ciertas divinidades, como, por ejemplo, el incienso al Sol, la mirra a la Luna.
Estos clasificaban las flores y las hierbas en diferentes grupos, de acuerdo con su destino o uso y la naturaleza de su perfume. Los aceites y las esencias balsámicas, los ungúentos perfumados, y las resinas diluidas en vino fuerte eran utilizados de manera frecuente en la medicina, en la cosmética y para el embalsamamiento de cuerpos, considerando sus propiedades bactericidas y antisépticas. Pruebas de ello se encontraron en innumerables papiros e inscripciones en tímulos y edificios sagrados.
Después de quedar en el olvido durante miles de años, los aceites esenciales aromáticos recobraron su lugar en el arsenal terapéutico, además del simple uso popular, gracias a los modernos y numerosos trabajos que siguieron a los del padre de la aromaterapia, R: M: Gattefosse.

A partir de 1936, este señor afirma que "después de más de 30 años de experimentar, los médicos y químicos quedaron sorprendidos por los múltiples propiedades microbicidas, antisépticas, antiviricas, antitóxicas y estimulantes de las defensas de los aceites esenciales de las plantas aromáticas y de las especias de cocina. Además la gran variedad de sus funciones quìmicas, que actúan de forma energética y con un gran poder cicatrizante."
Recientes trabajos científicos han definido los diferentes constituyentes de las esencias (vitaminas, hormonas, antibióticos y otras substancias activas) y revelado el principio de su acción terapéutica.

La aromaterapia no pretende disfrutar de una exclusividad polivalente, pero su acción desintoxicante, tonificante y reequilibradora permite asociarla con otras terapias para permitirle actuar con mayor eficacia.
Como consecuencia de su concentración en principios activos, los aceites esenciales pueden combatir con validez un determinado número de afecciones pulmonares, rinofaríngeas, hepáticas, uterinas, intestinales, urinarias y cutáneas.
Las bronquitis crónicas, asi como, las infecciones de las vias respiratorias encuentran con ellos una cura definitiva. Las fermentaciones intestinales pútridas, las colitis y enteritis son generalmente neutralizadas por el tratamiento aromático. Su acción es igualmente notable contra los dolores reumáticos y sobre el sistema nervioso.

Los baños con esencias tonifican y reequilibran el organismo. La sangre y los tejidos se liberan de las grasas y toxinas por la acción depurativa de las esencias. Los aceites esenciales se pueden suministrar, segùn cada caso, por via interna, sólo que en asociaciones, generalmente en forma de gotas (las dosis son siempre escasas si se quiere una eficacia máxima); por vía externa, como linimento para frotaciones, baños, inhalaciones o fumigaciones.

En 1975 se descubrió en Irak un esqueleto de sesenta mil años, al lado de este hombre llamado Shanidar IV se encontraron depósitos de polen, hierba, cana y jacinto racimoso. Los arqueólogos piensan que era un chaman o un líder religioso muy avanzado en el estudio de la botánica.
En uno de los antiguos manuales de medicina, del año 2OOO a. de C., el emperador chino Kiwang-ti describía las propiedades curativas del ruibarbo y la granada. Aún antes, los jeroglíficos cuentan que los egipcios usaban plantas medicinales en el proceso de momificación, y sus sacerdotes, que eran médicos de la época, prescribían mirra como antiinflamatorio, y también para deleitar el olfato y agradar a los dioses.
El primer aromaterapeuta de la historia fue el griego Teofrasto, que escribió un tratado llamado: "Relativo a los olores", en el cual analizaba los efectos de los distintos aromas en el pensamiento, el sentimiento y la salud.
Dice Martha Szaga, especialista en aromaterapia:
"Los olores siempre han tenido relación con la divinidad, y se utilizaron en las grandes ceremonias. Los tres Reyes Magos le ofrendaron al niño Jesús además de oro, incienso y mirra. El incienso calma el estrés físico y despierta la conciencia del alma: mientras que el aroma del segundo calma los miedos y resuelve la ansiedad sobre el futuro".
La historia guarda otra infinidad de anécdotas que entremezclan vidas y aromas.
En la Edad Media las cofradías de boticas que se establecieron en el norte de Europa, jugaron un papel importante durante los trágicos días de la peste negra. Quemaban incienso resinoso de pino ciprés y cedro en las calles, habitaciones de los enfermos y en los hospitales. Los perfumistas que proveían el incienso resultaron inmunes a la enfermedad que arrasó con buena parte de la población. En la actualidad, pruebas científicas han confirmado la acción antibacteriana de esos aceites esenciales naturales.
Pero la aromaterapia moderna nació en Francia, en 1928, por accidente. Un químico francés, René Gattefosse se quemó la mano en su laboratorio, recordó que la lavanda curaba quemaduras y sumergió la mano en lavanda pura. Se curó tan rápidamente que comenzó sus investigaciones para establecer cómo los aceites esenciales penetran por la nariz y la piel, y actúan sobre el sistema nervioso.
González Firpo, quien se formó en la Argentina y en Inglaterra, cuenta: "Los pacientes consultan por diferentes síntomas: dolores musculares, contracturas, tensiones, dificultades para dormir, cansancio crónico, falta de energía. Después de un cuestionario sobre su estilo de vida, alimentación y actividad, el aromaterapeuta está en condiciones de seleccionar los aceites esenciales adecuados para cada persona, y cada caso en particular."
Estos aceites pueden pasar a formar parte de la preparación que se utiliza en un masaje; o ser inhalados a través de un pequeño vaporizador (de vela), o aromatizar las aguas de un baño de inmersión. Lo importante es que a partir de allí una variedad de aromas plácidos y bellos lo envuelve, devolviéndole bienestar, serenidad.
Martha Szaga afirma: "La madre tierra guarda sus dones en la energía de sus frutos, de sus flores, sus hierbas, sus maderas, depende de sus aromas y de cómo los utilicemos que podamos recuperar la magia natural de los aromas." La única precaución es utilizar aromas realmente naturales. En aromaterapia las "falsificaciones" son frecuentes, un aroma artificial simplemente anula el tratamiento, porque los aceites de las plantas tienen componentes químicos particulares, que no se pueden reproducir en laboratorios.
La divulgación de esta terapia holística ha comenzado en América, pero en Francia ya está reconocida oficialmente y en Gran Bretaña sus principios se utilizan en sanatorios y hospitales, para contribuir a la recuperación de los pacientes.